En el contexto del desarrollo capitalista actual, la tendencia que está mostrando la economía internacional apunta cada vez más a hacia una particularización de los productos y servicios ofrecidos, ya no intentando abarcar a grandes cantidades de población tal como era el afán en tiempos anteriores, sino que a adaptarse a grupos específicos de gente, más comúnmente denominados “nichos”. Desde la primera revolución industrial, la economía basaba el flujo monetario en la producción en masa de diversos productos al costo más bajo posible. Dada la insipiencia de la industria, era fácil generar un monopolio de bienes específicos que, al basarse en la necesidad de las personas, aseguraban tener un consumo masivo una vez puestos dichos bienes en vitrina. Con el desarrollo de nuevas tecnologías, los bienes más básicos comenzaron a diversificarse, apareciendo una mayor oferta y generando así competencia entre distintas empresas. Sin embargo, el modelo económico seguía sustentándose en la existencia de un grupo de grandes empresas dedicándose a la producción masiva de ciertos bienes con el fin de abarcar a la mayor gente posible. El surgimiento de las estrategias de marketing y publicidad fueron un fenómeno específicamente ligado con este modelo económico, donde grandes empresas competían por el consumo de la ciudadanía.
Sin embargo, las nuevas tecnologías que iban desarrollándose comenzaron a reducir paulatinamente el costo de producción de los distintos bienes y servicios. Esto conllevó a una democratización en el consumo de diversos bienes, lo cual instó a las empresas a innovar ya no tanto en material sino en diseño, atención y servicio. La llegada de internet en 1993 dio paso hacia un flujo cada vez más abierto de información, la cual si bien en sus inicios no comprendía un sector específicamente ligado a la transacción y el flujo económico, poco a poco comenzó a integrar en su núcleo la capacidad de compra digital. Con el surgimiento de estas nuevas vías de pago y transacción, se comienzan a diseñar servicios digitales que empiezan a generar alta rentabilidad. Aparecen a su vez diversas plataformas sociales que comienzan a acaparar una cantidad abrumante de usuarios (Facebook, YouTube, Instagram, Twitter, etc.), plataformas que al poco tiempo introdujeron sistemas de publicidad y anuncios que comenzaron a generar un flujo monetario de grandísimas proporciones.
Es así como una mezcla entre la diversificación en la oferta de bienes y servicios, la introducción de nuevas tecnologías en el intercambio económico, la reducción en los costos de producción producto de las innovaciones digitales, y la utilización de internet ya no tanto como una herramienta comunicacional sino como una herramienta publicitaria enfocada en la segmentación y el marketing, ha dado origen a lo que economistas como Chris Anderson han denominado la “Long Tail” (2007).
La Long Tail tiene que ver con una nueva modalidad que está adquiriendo la economía capitalista basada ya no tanto en la producción en masa para una gran cantidad de la población sino en una focalización de la producción para grupos reducidos de consumidores, comúnmente denominado nichos. Los nichos comienzan a tener relevancia una vez que los contenidos difundidos principalmente por internet empiezan a diversificarse, generando rentabilidad – principalmente a partir de publicidad y/o marketing – por cuanto son demandados por grupos cada vez más específicos que se sienten identificados con lo transado.
Con respecto a este progresismo exponencial que se está generando en la tecnología, existe la disyuntiva actual entre los estudios que se desarrollan en el primer mundo y lo que ocurre en continentes como Latinoamérica. Chile no es la excepción. Nuestro país consta de un desarrollo muy grande de la extracción mineral y de mercados de materias primas o faltos de industria. Es por esto que lo que planteamos en este artículo es que un país como el nuestro vivirá un proceso muy duro con el progresivo desarrollo de la tecnología. El mundo está viviendo lo que algunos autores consideran la Cuarta Revolución Industrial (Schwab, 2017), en donde se desarrollará cada vez más la inteligencia artificial. Esto claramente es una ventaja para hacer más eficiente la productividad global y puede que genere una mayor capacidad para enfrentar problemas de escasez global, sin embargo, viene también de la mano con el hecho de que estos avances reemplazaran gran parte del trabajo humano. Según algunos estudios (Banco Interamericano del Desarrollo, 2018), los empleos que tendrán mayor riesgo de reemplazo serán los que se caractericen por un mayor taylorismo funcional, es decir, por actividades rutinarias que requieran principalmente capacidades físicas, a diferencia de actividades más complejas de ser realizadas por máquinas, por requerir de capacidad crítica, resolución de problemas y/o contacto interpersonal. En América Latina se estima que el 50% de las tareas que hoy en día se llevan a cabo por humanos, tienen capacidad de reemplazo por tecnología y máquina
Es por esto, que el gobierno debe captar las demandas ciudadanas de un emparejamiento de la cancha por medio de la educación y con el desarrollo de programas sociales que vayan en la línea de estas nuevas tecnologías, el Banco Iberamericano de Desarrollo (2018) ha calculado que gran parte de la gente que se encuentran hoy en las escuelas, tendrán que trabajar en empleos que aún no se han creado en el continente.
Lo anterior reafirma el hecho de que los gobiernos deben invertir en educación y en planes de capacitación para personas que realizan tareas con altas posibilidades de ser reemplazadas. Esto cobra mayor relevancia si es que consideramos que en nuestro continente no existen las tasas de protección social ante el desempleo que se observan en Europa (BID, 2018).
Referencias:
Anderson, C. (2007). La economía Long Tail. De los mercados de masas al triunfo de lo minoritario. Barcelona: Ediciones Urano.
Banco del Desarrollo (2018). The Future of Work: Regional Perspectives. Recuperado de https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/8840/El-futuro-del-trabajo-Persp ectivas-regionales.pdf?sequence=3&isAllowed=y
Banco Interamericano de Desarrollo (2018). Servicios sociales para ciudadanos digitales. Recuperado de
Schwab, K. (2017). The Fourth Industrial Revolution. London: Penguin Random House
el panorama del desarrollo tecnológico y económico en Chile esta dificil, efectivamente la automatización e inteligencia artificial disminiuirán ciertos empleos pero crearán otros, las políticas de educación y de habilititación digital esta destacadas en el final conclusivo del articulo. También esta muy bien el titular sobre mercados en vías de desarrollo o subdesarrollo. Gracias es un motivante enfoque, te recomiendo esta noticia https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/10077/Gobiernos-digitales-quienes-son-los-lideres-y-el-camino-que-Chile-ya-esta-recorriendo/
En primer lugar, muchas gracias por su comentario y por el informativo artículo. Lo que creemos es que se reduciran empleos de corte más tradicional y no negamos que se creen nuevos desarrollados a la tecnología. Lo importante es tener claro que mucha gente cuenta con trabajos de carácter más bien tradicional. Muchos de ellos tienen un empleo que puede ser similar al taylorismo y a la caricatura de Chaplin. Lo importante es que el Estado implemente capacitaciones en nuevos empleos para la gente que se dedica a este tipo de actividades.
De todas formas, no se debe negar que el aumento de servicios digitales traerá de la mano numerosos avances en materia medioambiental y del tiempo ahorrado para los tramites que debe hacer el ciudadano de a pié. Tal vez esta sea una especie de escape a la jaula de hierro que Weber veía en la burocracia estatal.
Interesante artículo.
Pero me genera dudas la “inminencia del desarrollo o de la generación de nuevas empresas sustentadas en el desarrollo tecnológico. No tanto por el desarrollo tecnológico mismo sino que por la recepción que este mismo pueda tener. Creo que eso supone un proceso de destrucción creativa, ¿que tan plausible es esta destrucción creativa en un contexto en el cual los principales empresarios es tan bastante ligados al poder político? Por lo menos, ciertos autores como Ratón y Acemoglu han documentado que el desarrollo de los países se entorpece cuando ese proceso de destrucción creativa enfrenta obstáculos que la mayoría de las veces proviene de dicha relación. Y para América Latina y Chile eso está bastante documentado también: estoy pensando en Fajnzylber y Anibal Pinto